A veces les digo a mis alumnos que, en realidad, no soy profesor, sino embaucador, al fin y al cabo, tratando de buscar la objetividad todos acabamos por ser subjetivos y defendemos nuestra visión de la Historia. El problema reside en no aceptar las verdades objetivas, los hechos comúnmente aceptados y tratar de imponer una visión única de la Historia. Eso parece que va a ocurrir en Madrid si nadie remedia el desaguisado:
Al parecer, según un tribunal madrileño, la Universidad Complutense deberá derribar el monumento a las Brigadas Internacionales que se haya en el interior del Campus. La razón: se ha erigido sin autorización municipal. Nada dice, en cambio, ningún tribunal acerca del Arco de la Victoria junto al que pasan miles de estudiantes de la Complutense y que fue erigido en memoria del triunfo de las tropas golpistas, sediciosas sobre el gobierno legítimo de la II República.
Esta singular visión de la Memoria Histórica es el argumento que ha elegido el periodista de The Guardian David Mathieson para escribir un artículo contra este más que previsible atentado. Se ve que es un elemento peligroso para el urbanismo, ya que distorsiona la planificación general del campus, es al menos lo que parecen recordar aquellos que acostumbran a profanar el monumento con sus pintadas e insultos.
Recomiendo encarecidamente leer este artículo y estos otros que os enlazo. Sobre todo para que aquellos que dicen que la Memoria Histórica es un invento de rojos sediciosos vean que es algo que va más allá de nuestras fronteras.